miércoles, 27 de enero de 2010

Un nuevo robo


Cuando piensa en el tiempo que no comparto con ella, cuando estan tan bien los dos, no entiende el recreo que sus manos se toman por no estar juntas.
Intenta recorrer los minutos que pasaron juntos, intenta ser eso que tanto les cuesta.
Se pregunta tantas cosas, todo el tiempo y piensa,¿ vale la pena?, y ahí otra duda.
Vale la pena, qué frase mas adversa, qué cosa vale la pena, sus palabras, el sentido que les doy, lo que quiere entender, lo que escucha, lo que ve y lo que no quiere mirar.
Observa detenidamente el calendario, falta poco para verse. Piensa serenamente si quiero verla, es extraño, ese lugar que tantos recuerdos le trae, tantos momentos vividos en ese complaciente lugar frente al río.
Como siempre llega primero que ella, ve su reflejo en el agua y observa como muerde sus labios, ansiosamente, a la espera de la mujer de sus sueños.
De lejos la observo caminar, su corazón parece detenerse, sus ojos lloran de emoción al abrazarla, al sentir como sus brazos se entrometen a través de su cuerpo, siente como su cuerpo desfallece en ese instante.
La mujer esa con la que soño tantas veces, desde hace años, tan ideal, tan para él, que nuevamente la siente tan cerca, con un beso en la frente se despide.
Sus manos sueltan su cuerpo, sus ojos dejan de verlo, su lengua se mueve para decir esa última frase, casi que la escupe, sus pies caminan hacia atrás, lo señala y llevándose la maquina que nos hace vivir le dice, sin el combustible de mi amor, ya no necesitas mas esto, tu corazón.
Gira y se retira, mientras cae de rodillas en ese lugar tan lleno de magia quedando ahí varado, otra vez sin que nada.
Sin amor, sin ideal, sin corazón, ahora sí, nada vale la pena.