martes, 15 de diciembre de 2009

Nada


El teléfono me despertó y corrí rápido a atender. Sabias que eras vos, nunca dije hola, espere a que digas algo, cosa que nunca paso.
Me reí a carcajadas detrás del teléfono sabiendo que no eran buenas noticias, me reí de nervios y enseguida cortaste, dejo en teléfono y sé que no volverá a sonar. Me recuesto ya sin sueño y sabiendo que lo último que me dejaste fue un silencio absurdo.
Los guiones de mis sueños se entrecruzan haciéndome dar miles de vueltas en la cama, sin poder dormir, imagino que estas acá, a pesar que estas a miles de kilómetros de distancia por donde se lo mire, todo supera la distancia física, cosa que antes no pasaba.
Te cuesta tanto interpretar algunas cosas, que se me hace difícil hablarte, hablarte para que no quieras escucharme, porque ya no puedas escucharme.
Sabes muy bien que antes de partir te dije todo, esta vez no me tomo por sorpresa, esta vez los abrazos los di yo, y puse el hombro para que no te sientas tan solo.
Sé lo difícil que es, pero quiero que sepan que no están solo, somos muchos, y entre todos se va hacer más fácil o por lo menos intentaremos hacerlos sentir bien, un poco mejor.
El teléfono difícilmente vuelva a sonar, sin ninguna voz del otro lado intentare decirle al cielo que te cuide, que te proteja, que te voy a extrañar…

sábado, 21 de noviembre de 2009

Si, tengo otra...


En silencio aguardabas por esa respuesta que destruya todo, absolutamente todo.
Una respuesta que te marque, que te quite de mi vida, para odiar, para herir, para dañar.
La pregunta fulmina cualquier tipo de intención de que me escuches, de que entiendas que hace ya un tiempo las cosas eran distintas, estábamos bien, eran mejores.
Lamentablemente para vos no tengo respuesta alguna para tan comprometedora pregunta.
Pregunta maliciosa que lo único que busca es dañar, es discutir, es pelear.
Esta vez, con el asunto frío, pienso una respuesta, pienso que tal vez hayas tenido razón, puedo haberme equivocado, como alguna vez vos también lo hiciste.
Perseveras, otra vez, con las mismas palabras que hace un tiempo me enterraste, me golpeaste por la espalda, sin importar las consecuencias.
Tan decidida a nada, lastimas y caminas aireada como si nunca nada hubiese pasado, te concentras en pequeños asuntos que maten tu tiempo, esquivaste una vez aquellas putas ilusiones de una vida más leve, ¿más feliz?...
No tiene mucho más sentido seguir escribiendo, por ahí tengas el coraje de leer hasta el final, pero ahora soy yo quien tiene la respuesta acertada a tu estupida pregunta.
Tenias razón, te pregunta escondía algo que nunca entendí, me rodeo de mis amigos, de mis amigas, de la gente que me quiere bien, de esos afectos que siempre tienen algo para decir cuando uno esta para abajo, relleno el tiempo, escribiendo, leo, escucho música y viajo, completo mi vida con esos tantos placeres que me hacen bien, perdón me desvíe, ¿llegaste a leer hasta acá?, me di cuenta que si.
Tengo otra, tengo otra vida que vos una vez o por un tiempo compartiste conmigo. Ahora si vas a entender lo que pienso y como viví porque eso no cambia, porque siempre fui el reflejo de lo que sentí, en todo momento, me quedo con la otra, porque de esta manera, soy feliz.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Una pregunta al aire



Desearía tu respuesta, el presente no se parece en nada al pasado lleno de momentos difíciles de olvidar. Cada uno de ellos fueron haciendo desde el comienzo que te quisiera cada vez más. Hasta llegar a amarte con locura... En esa escalera ascendente de sentimientos y hechos, fantasías y vida exquisita, arcoiris de sueños y realidades, cuando uno cierra los ojos y piensa que Dios le ha dado mucho, que se puede llorar de felicidad, te aborda el temor de que algo, algo te arruine tanta dicha.

...Ahí,... ahí en esa cima de sentimientos creí estábamos los dos...
...abrazados mientras el reloj no dejaba de marcar círculos...
...acariciándonos la piel sin lograr saciarnos...
...Y dolía hasta las lágrimas el tener que separarnos un rato..!!!
--Dime, mi amor....ayer...sí, ...ayer, ¿todo eso... se terminó?

sábado, 3 de octubre de 2009

En la nada misma


Como todos los días, cada día, en la misma nada.
Esperando todos los días cambiar aquel día que le dio sentido a nada a esta vida, que golpea, que duele, que vive, que muere.
Muere para todos aquellos vivos que nos quedamos padeciendo el dolor más intenso de la vida, la muerte.
Muerte de aquellos que deciden irse, sin pelear, muerte de aquellos que los sorprende la enfermedad, que la parca los embosca en algún oscuro y trágico accidente.
Nos duele la muerte a nosotros los vivos que quedamos padeciendo, días, meses, años, vidas.
Algunos aceptan la invitación y acompañan a aquellos que se fueron para evitar el dolor, el duelo, pero la cadena no termina, se expande, se expande hacia otros seres vivos que quedan padeciendo, el dolor, el duelo, la muerte.
Esta expresión de descontento, es porque muchos deciden rechazar la maldita invitación de la prolija parca. Otros deciden quedarse, lloramos, padecemos, nos ponemos de pie y continuamos, para combatir esa onda expansiva destructora de vidas.
No somos utópicos, peleamos por no irnos, por todo lo lindo que hay acá abajo, por lo hermoso de vivir, por la sonrisa de oreja a oreja de nuestros amados acompañantes de este largo camino.
Padecemos, día a día, luchamos, reímos, lloramos, nos abrazamos y todo vuelve a empezar, porque cuando a la nada misma le cambiamos el nombre, deja de ser nada, por ser algo, el nombre que le pongamos, ese nuevo nombre, cobra vida, y ahora el ciclo de los días funciona en contra del ciclo, día a día completamos la nada, convirtiéndola en algo distinto, en algo mejor, para que día a día nos aferremos a eso que de alguna manera nos distrae de nuestro destino evitando pensar en el inevitable final para todos los seres vivos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Dialgo entre vos y yo



Sus ojos en la nada, afirmando aquello que devasto mis ganas, mis palabras, mi ser.
Obsoletas palabras, diálogos en vano, buscando una razón, una excusa para verte reír, para que te des cuenta y que contigo misma seas feliz.
Un cuerpo descarnado de alma, un alma sin ubicación en tu ser, sin lugar, ultrajada, que huye de si misma hacia el benévolo sentimiento de autodestrucción, que nada repara.
La rutina transforma las que alguna vez fueron sensatas y claras palabras en palabras sin sentido, sin significado, abstractas de fundamentos, vacías, sordas, sin valor que golpean los oídos sordos de mundo.
Mis manos te esperan acá arriba, en la luz, donde alguna vez vos también estuviste, donde por si sola brillabas y me enloquecías. La conformidad con el ser oscuro que te atormenta llega a su fin.
Mis brazos sostienen tu cuerpo, mis palabras le encuentran lugar a tu alma, mi corazón forja tu refugio donde te guardabas, donde sentiste paz, donde de una buena vez podes volver a ser vos, donde te sientas segura, protegida, amada y donde sabes que a partir del momento en que tus manos vuelvan a tomar las mías, en ese momento espero ver el brillo tan hermoso y característico de tus ojos, llenos de vida, llenos de amor, de alegría, que ahora si, sin esconderse detrás de la sombra de tus lagrimas, te dejen ser feliz.

domingo, 30 de agosto de 2009

Un día sin obstaculos


Considero que los domingos es uno de los días más tranquilos de la semana, por lo menos el que yo más disfruto hasta más o menos las seis de la tarde. El domingo se presta muchas veces para hacer esas cosas que durante la semana uno no puede. Uno a la mañana del domingo la ve distinta, aunque tenga que trabajar, están aquellos afortunados que se toman este particular día como sabático.
Disfruto mucho la posibilidad de ser parte de esos afortunados, en compañía de la familia, de amigos, o disfrutando de ese momento al sol cuando estoy solo.
Es difícil despertarse de mal humor un domingo, aunque muchos llegado el atardecer el domingo los muele. No se bien si es por cercanía del lunes o por haber pasado un día excepcional y tener que esperar seis días más para poder repetir.
Dormir placidamente sin saber de horarios ni respetando a veces la hora de almuerzo uno se predispone de otra manera, mejor, el domingo tiene otro tiempo, otra vitalidad.
Este magnifico día, muchas veces a pesar de algunos obstáculos, se deja disfrutar, en el parque, mirando fútbol, corriendo entre la arboleda, o comiendo algo con unos mates si por ahí la inestabilidad del clima lo obliga.
Pido un favor, aquellos que me conocen, yo vivo mi vida, más allá de todas mis obligaciones y responsabilidades, creyendo que siempre es domingo, hace mucho que pienso la mañana de esa manera, para salir a la calle con una sonrisa, pensando en lo glorioso que es vivir, les pido por favor que no se obstaculicen este hermoso día, que lo vivan con franqueza, sin vueltas ni enojos, intentando no complicar de gusto aquello tan divino, que hasta el máximo creador, también lo uso para descansar.
Un último favor, lee esto hasta el final, no es autoayuda, no te quiero cambiar la vida, ni doy consejos, pero es importante vivir lo mejor posible, sin estupidas complicaciones, frívolas y sin razón, sobretodo un domingo.

martes, 25 de agosto de 2009

Dos finales abiertos



Los colores dibujan el cielo, las estrellas parecen caer a lo más profundo del océano. Dos niños juegan sobre el césped, ahí cerquita donde todo termina. Sus risas se entre mezclan con el ruido del arroyo donde se divide el cielo de la tierra.
Correr y correr sin parar, sin tiempo para recomponer el aire de tanto reírse. Los dos tomados de la mano sin miedo al ridículo, desconociendo por completo la vergüenza, dialogando con diálogos sin tanto sentido. Tan eficaces como felices, sintiendo que el tiempo no va a pasar nunca, que siempre esa sonrisa marcada en su rostros lo acompañara a todos lados.
Sin miedo, conversando como loros, mientras que el sol allá a lo lejos comienza a brillar. Uno mira asombrado la gigantesca estrella y grita, ¡una carrera hasta el sol!. Los dos salen disparados dejando su estela de ternura sobre el pasto. Exhaustos de jugar, transpirados de reír, felices de vivir, sin ataduras.
Dos amigos, una misma historia, contada desde dos lugares distintos.
El cielo tormentoso se ilumina, cada relámpago impacta en el suelo, pareciendo que en cada golpe será el último. El cielo negro, enrarecido. Dos nenes, jugando, riendo cerca de un lugar peligroso, donde el cielo se une con la tierra, allí donde todo se termina.
Agitados de jugar, molestos por la transpiración, hambrientos de correr sin un lugar donde ir, sin destino. Sus manitos percudidas, sus ojos llenos de vida, tristes de correr sin poder llegar a ese lugar que anhelan a ese sueño que no llega. Llega solo en sueños, cuando queda un poquito de tiempo para dormir.
Sin vergüenza, sin miedo, sin sentido de ridiculez, hundidos en ese lugar que no corresponde. Desconociendo lo que hacen, tomándolo como un juego, un eficaz juego que ayuda y gratifica. Sus sonrisas plenas y sus ojos llenos de humanidad, sus manitos tan chiquitas, tan gastadas.
Charlan para combatir el tiempo, de sol a sol, siempre compañeros, siempre amigos, siempre juntos, unidos por una frágil realidad, sin miedo al fracaso, sin miedo. Uno mira la salida del sol, otro se revisa los bolsillos, se miran, uno grita, ¡una carrera hasta el sol! Y nuevamente corren con sus sonrisas dibujadas en el rostro, otra vez hacia ningún lado.

martes, 14 de abril de 2009

No siempre se necesita luz


Miro como observas el cielo que esta mañana se tiñe de gris y tus ojos entristecen al ver como las nubes te tapan la luz que ilumina tus días.
Desde la mañana empezas a detonas dentro tuyo pequeñas bombas que impactan directamente contra tu cuerpo y principalmente contra tu cabeza.
Me decís, hasta luego nos vemos después sin saber bien que es lo que vas a hacer para cambiar tus preconceptos creados por el mismismo Satanás, que atormenta todos los días con terminar de una vez por todas con tus hermosos pero tristes ojos.
Se te hace imposible ver más allá de vos, lo creas, lo que significas, lo que representan tus palabras a la hora de hablar, enredadas pero palabras concretas sobre lo que muchas veces pensas y temes de vos.
Sembras pánico dentro del enjambre de pensamientos maliciosos.
Esta vez es mejor, estas más grande, estas bien, hoy, estas…
No des más vueltas, no sufras más, prometí siempre estar, acá estoy, en el mismo lugar de siempre, donde me encontraste.
No dudes más, la vida es un mapa en blanco que se puede dibujar según lo que uno decida, lo que uno necesite y anhele.
Las situaciones que vivimos todos los días son necesarias, no le temas, no te escondas ya no lo necesitas. Hoy es mucho mejor que ayer y tene la tranquilidad de que siempre que necesites encontrar ese abrazo, esa palabra, esa idea, ese aliento, acá voy a estar para que entre los dos podamos seguir escribiendo y dibujando sobre ese hermoso papel blanco que a veces da tanto miedo.
La luz no es necesaria para escribir, siempre que tus ojos sigan la luz de tus sueños vas a tener la tranquilidad de escribir lo que quieras ser.

viernes, 3 de abril de 2009

El miedo


El eco retumba en mi cabeza. ¿Sabes qué?
Tengo miedo…
Esa extraña sensación que invade, sofoca, ahoga.
El miedo no es del todo claro, las paredes se achican, el minutero se detiene.
Pedir auxilio seria inútil. No hay tiempo, no hay donde correr, no hay alguien que vaya a oír. Oír el grito desesperado de ayuda.
Ayuda no se bien de quien, no se para qué…
Mucho tiempo atrás la solución era el alcohol, que hacia correr por mis venas una grata sensación de valentía, en donde nadie me vencía.
El pulso acelerado desdibuja mis manos entre el humo del cigarrillo. La misma habitación, con la tediosa iluminación de siempre, esa que sentís que te hace arder la vista y te da sueño.
Los diarios viejos muestran mi foto, donde me regodeaba en más banal de los poderes, amigos por interés en cada una de las esquinas de acercaban a saludar, a darme aliento, motivando el peor de todos los deseos.
Miro las fotos y realizo un storyboard de cine, en el que encuentro los hechos más importantes de mi vida resumido en solo doce fotos. Todas relacionadas.
Que raro solo doce, como el día en el que nací. Todo resumido en un número que aterra.
Una autobiografía no del todo feliz y todavía sin un final fijado.
No puedo correr más lejos de mí. Estoy cansado y hoy volví a sentirme mal.
Mal, enojado, con bronca, con miedo, buscando excusas para dibujar una sonrisa.
Negra alma que se empecina en vencer mis ya machacadas rodillas y callosos pies.
Alguien por favor desde allá arriba, necesito un salvavidas y no uno de esos que se inflan, sino uno que me muestre ese costado oscuro que conocí cuando todavía estaba de pie, en fotos de diarios y rodeado de gente que no conoce mi segundo nombre pero que si creía que conocía todo sobre mi vida y sin embargo no sabían nada.
Sólo les respondía con una sonrisa para no ser irrespetuoso o ingrato, mi poder se los debo a ellos, lo que no conocen es que cuando llegó a mi casa y encerrado en ese cuarto donde la luz es poca, el eco vuelve a retumbar en mi cabeza, es ahí donde grito, lloró y donde sé que nadie de todas las personas que me rodean conocen mi mal.

lunes, 2 de marzo de 2009

Enormemente solo


Mirando el cielo, sigo esperando el momento. Ese momento cuando Dios me señale y me diga, tu vida va a ser mejor, vas a ser feliz.
En ese momento dejare la tristeza guardada en el mismo baúl de mi infancia, donde no viviré de recuerdos felices sino de gratos momentos que arrugaran mi rostro dejando marcas de esa hoy inexistente felicidad.
Solo, sin oídos que escuchen, sin palabras de aliento, sin medidas conciliadoras que dibujen un panorama un poco, nada más que un poco más sencillo.
Cargo en mi vida mochilas llenas de peso que hacen flaquear las piernas, momentos donde los abrazos, la familia, el consejo, la amistad son tácitos.
Ese enorme esfuerzo por pensar que mañana voy a poder, ser optimista al máximo y luchar contra las frustraciones que me impone mi propia vida, mi propio ser.
Mis exigencias por salir, por escaparle al puto destino que atormenta con diagramar mi vida de la manera que el quiera.
Acá estoy desde hace un tiempo peleando por poder ser quien quiero, lo que deseo. Ese hombre chiquito, chueco, simpático y divertido que vivía sin el peso de las mochilas cargadas de mierda. De frases lastimosas, de interminables lagrimas que lloran la injusticia, la impotencia y a las malas decisiones que tome en mi vida.
Nuevamente solo parado frente al abismo de lo incierto, acongojado por querer ser mejor, para demostrar que se puede, solo o no, se puede, contra todo, contra todos.
Sin palabras conciliadoras, sin aliento, casi sin tiempo de vivir, a pesar de todo mi luz no se apaga, mis lagrimas no me rebalsan, tus abrazos me consuelan y sigo esperando que la máxima justicia por excelencia desde principios del universo, solo una vez, juegue para mi.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Jajaja... si confio


Uno en varios momentos requiere cierta confianza en si mismo para lograr aquellas cosas que se nos ocurren sobretodo cuando dormimos.
Esos sueños que anhelamos, que pretendemos convertir en realidad, muchas veces se ven confusos y fuera de foco.
La confianza se crea de a poco, muy cautelosamente, con los cuidados como con lo que se hace un castillo de cartas y a la menor amenaza de destruye para volver a empezar, pero la próxima vez con más cuidado y hasta con mayor miedo que la primera vez.
El invertir tiempo, el dejar de hacer cosas que a uno le gustan y dedicarse solo a eso, a motivar la confianza de uno mismo o a mostrase confiable con los demás.
La confianza nunca es fruto de la teoría sino de la acción, en cada acción no egocéntrica que uno realice esta generando confianza, acciones, no actas ni juramentos.
Uno logra revelar hasta donde es capaz de cumplir sus sueños dependiendo siempre de su confianza, de su fuerza.
El peor enemigo de este castillo de cartas es la traición, no la traición real ni lastimosa, sino aquellas cosas que muchas veces uno oculta por miedo, por no saber, o por tener el suficiente valor de hacer bien.
Muchas veces uno se siente defraudado por una persona que uno había creído que era confiable, uno desea que lo fuese, sobretodo cuando uno quiere y mas aun cuando uno ama.
Pienso que aquel que malversa la confianza, lo hace porque no confía en si mismo y en su capacidad para afrontar una situación difícil.
Un vínculo se arma despacio, sin apuros, al igual que la confianza, eslabón principal del vínculo formado entre partes, sin traiciones.
No traiciones a quien dices querer, porque no solo lastimas sino pierdas aquello que tanto dices que amas, no ocultes, todo lo es visible a los ojos de la relación y haz de cada acción una pared para este debilitado castillo de cartas, que de a poco quiere llegar a contemplar los sueños desde su cúspide.