martes, 15 de diciembre de 2009

Nada


El teléfono me despertó y corrí rápido a atender. Sabias que eras vos, nunca dije hola, espere a que digas algo, cosa que nunca paso.
Me reí a carcajadas detrás del teléfono sabiendo que no eran buenas noticias, me reí de nervios y enseguida cortaste, dejo en teléfono y sé que no volverá a sonar. Me recuesto ya sin sueño y sabiendo que lo último que me dejaste fue un silencio absurdo.
Los guiones de mis sueños se entrecruzan haciéndome dar miles de vueltas en la cama, sin poder dormir, imagino que estas acá, a pesar que estas a miles de kilómetros de distancia por donde se lo mire, todo supera la distancia física, cosa que antes no pasaba.
Te cuesta tanto interpretar algunas cosas, que se me hace difícil hablarte, hablarte para que no quieras escucharme, porque ya no puedas escucharme.
Sabes muy bien que antes de partir te dije todo, esta vez no me tomo por sorpresa, esta vez los abrazos los di yo, y puse el hombro para que no te sientas tan solo.
Sé lo difícil que es, pero quiero que sepan que no están solo, somos muchos, y entre todos se va hacer más fácil o por lo menos intentaremos hacerlos sentir bien, un poco mejor.
El teléfono difícilmente vuelva a sonar, sin ninguna voz del otro lado intentare decirle al cielo que te cuide, que te proteja, que te voy a extrañar…