lunes, 27 de septiembre de 2010

Anulado


Sentís que las palabras que decís se las lleva el viento. Te ves fuera de foco, no podes centrar tu cuerpo y tu mente porque hay algo que te bloquea, algo que te preocupa, no sos el mismo de ayer.
De a poco el cuerpo se va entregando, queres comerte todas esas palabras que tan inútilmente tiraste al aire para que hagan eco en oídos que ya no escuchan, que oyen solo lo que quieren oír.
Necesitas tiempo para volver a ordenar, queres barajar las cartas del destino y dar de nuevo para elegir otro camino, otro pasar, para poder disfrutar el cansancio de otra manera, hoy ya no sos quien querías ser, estas anulado.
Las palabras de la bruja, me habían dejado mudo, titubeaban las palabras en mi labios, así, sin palabras y triste.
Sentí que el mundo que había construido era una mentira, no era eso lo que tenia pensado para mi, me autoexigía más, sabia que podía llegar donde pretendía, antes, ya no, ahora solo sé que me anule y no encuentro forma de poder salir.
Hoy mis palabras se vaciaron de significado, ya no impactan, me caí y no puedo levantarme.
Esa rareza que siento, de querer callarme para siempre, de no hablar más con nadie, de no tener que simular estar bien, cuando en realidad los cimientos se llenaron de humedad de tanto llorar y ya no sostienen la estructura de mi cuerpo.
Agotado y sin ganas llego tarde a casa, pongo música que acompañe el mal trago, me acuesto sobre el sillón y mientras miro el techo, el sueño invade la habitación. El sueño me lleva a ese lugar tan ideal que tanto me gusta, ahí donde me encuentro con vos, donde acaricias mis manos, ahí donde tus ojos iluminan mi destino, donde completas todo ese mundo perfecto que supera lo que alguna vez soñé. Ese mundo que allá a lo lejos parecía tan distante, hoy me ayudas a construirlo, hoy la realidad me invade, gracias a vos, a tus besos, abrazos, tus juegos, tu risa, tu vida.
La bruja vuelve a barajar, tira las cartas sobre la mesa y en ese momento sus ojos se llenan de lagrimas, me mira fijamente y me ve sonreír, me ve distinto.
En las cartas ya no estoy solo, en las cartas ahora somos tres, que completamos ese mundo tan lejano que ayer soñé y que hoy gracias a vos es tan real.
El cuerpo recobra sus fuerzas, hoy es distinto, hoy estas vos, hoy no estoy solo y desde hace siete meses las cartas juegan a mi favor, a nuestro favor.

domingo, 19 de septiembre de 2010

No te fuiste y ya te extraño



Me quedo ahí parado mirándote partir, mis ojos se nublan, siento que el corazón comienza a latir mas despacio, siento que se desgarra.
Pego la vuelta para que no veas mi expresión de tristeza imposible de simular.
Tus ojos son el espejo de los míos, brillan y dejan caer un par de gotitas por nuestras mejillas hasta unirse cuando se unen nuestras bocas que no quieren despegarse, que quieren quedarse ahí, en ese instante donde se silencia el mundo, donde se atan los brazos a nuestros cuerpos, si así abrazados como si la despedida fuera eterna.
Nuestras ganas de hablar son porque queremos desahogarnos, queremos llorar y gritar, todo a la misma vez, gritarle al mundo que ya no queremos separarnos nunca, que queremos estar juntos y que nada lo impida.
Mirar el cielo y verte, recorrer la casa y encontrarte en cada sitio, escribir y sentirte acá al lado, secando mis lagrimas, abrazándome sintiendo que ahora es tiempo de vivir, tiempo de estar juntos, nuestro tiempo, nuestro camino, nuestras vidas ahora una sola.
Ay amor, te fuiste y me dejaste una tremenda sensación de vacío, la casa no es la misma, mi música no suena igual, no puedo más amor, no puedo si vos no estas acá.
Es ese cielo que miro, el que llenaría de Te Amos, para que sepas, que cuando digo que Te Amo todo el Cielo, es así, es sentir que no alcanzan las palabras, que no alcanzas las hojas, sentir que no alcanza el tiempo ese que compartimos, ese que nos impulsa a seguir, que nos invita a soñar, que nos hace ser.
El tiempo que comparto con vos desde que te conocí, es ese el tiempo donde aprendí a vivir, a crecer, a pensar, a compartir, ese tiempo donde aprendí a amar, que supe que a partir de ese primer abrazo donde prometí no soltarte más, supe que nuestras mitades encajaban justo, cuando empezas a pensar igual, a hablar parecido, a mirar lo mismo, y sentir que a partir de ese instante tan eterno, somos uno, y que nuestra vida es juntos.
Te amo y no sabes cuanto…