martes, 2 de marzo de 2010

Siempre algo para decir


Tener muchas veces las palabras justas en el momento oportuno era su don, su mayor virtud y también lo que más lo metía en problemas.
Él solo quería ayudar, acompañar, demostrar que a cada obstáculo que la vida nos pone delante, se puede continuar… seguir, con dolor, con angustia, con amistad, con alegría.
Su sonrisa era siempre la firma de todas sus frases, de todos sus diálogos. Su nombre lo pronunciaban aquellas personas que lucharon por la paz, personas que querían una vida mejor para los demás, dejando todo por ese otro desconocido, con necesidades urgentes, de sentimientos de compañía, de pasión, de amor.
Su rostro había cicatrizado la mayor herida que había sufrido en su vida, el desamor, ese día aprendió a ceder, a conversar y escuchar, sobretodo lo segundo, a sufrir en silencio, comprando una máscara que exagere su sonrisa para demostrar que estaba en pie, aprendió a amar a la distancia, a extrañar tanto, que siempre decía que tenía el pie de un elefante sobre su pecho, no decía angustia, lo describía de esa manera.
Los problemas que le causaban su don, se acumulaban en su diario íntimo, problemas existenciales que a él mucho no le importaban, los dejaba fluir, los corría con sus inteligentes palabras, los analizaba crecía con ellos y aprendió a mirar las cosas de otro modo.
Aprender a disfrutar de aquellos pequeños momentos que la vida le da, sonreír ante todo, no temer, hablar, responder, escuchar, observar, analizar, crecer y saber que siempre hay algo para decir.
No siempre se puede utilizar palabras que llenen un espacio, pero él podía lograr cosas que nadie podría nunca, él desde su paz hablaba y contaba su vida como un cuento, un triste cuento con el final más feliz de todos, él siempre estaba feliz, contagiaba su alegría y sus palabras eran una suave extensión de su ser, de su vida, el más claro reflejo de su alma.
Una estrella lo guía, él sabe que no está solo en esto y por eso ahí va por la vida continuando con que se siente que es lo que mejor hace…