jueves, 13 de noviembre de 2008

Lagrimas de vapor


Lagrimas de vapor abandonan la habitación de otra noche en vela. Los fantasmas del pasado atormentan los sueños, agitando banderas de conquista sobre la tranquila paz de la noche.
Ojos rojos, lastimosos y una cara desconfigurada de dolor, de enojo. La garganta disfoníca casi desgarrada de gritar, gritar pidiendo ayuda, pidiendo entender.
Los pies inquietos, transpiran como si estuviesen corriendo, las sabanas queman, la cabeza sobre la almohada que simula un ladrillo debajo del cuello.
Otra vez molesto, otra vez sin dormir, otra vez, ¿hasta cuando?
Garabateo en el aire sueños de paz, para mi, necesidad de compañía, de estar bien, de necesitar un abrazo en este momento, ¿sabes por que no estas?
El techo de la casa parece aplastarme, quedar así de chiquito frente a la inmensidad de lo que alguna vez sentí.
Sonidos desde afuera que se entremezclan con los confusos pensamientos.
Mi boca sangra, no paro de morder, mis manos tiemblan y otra vez solo.
Tomar la decisión de salir a caminar, caminar sin mirar el alrededor, todo derecho hasta que las piernas digan basta, hasta que duelan, como si fuera una tortura que duela para olvidar dolores antiguos.
Como pez fuera del agua respiro ansiosamente bocanadas de aire que llenan mis pulmones, y acumulo fuerza para el próximo grito.
Con la garganta desgarrada, los pies minados de callos, la boca roja en sangre, los ojos desconocidos y desorbitados sin saber que mirar, la cabeza dividida en un rompecabezas donde faltan muchas piezas, los sueños de paz que esquivan el dolor, penetran mi mente, te abrazo, te susurro mi agonía en tu oído y con el último suspiro te pido que una vez más me des el último beso.