lunes, 20 de octubre de 2008

Muñecos de trapo


Miro pasar las horas en el reloj y me mato pensando que hay de cierto en todas las palabras que tu boca desparraman en el aire. Un leve miedo, si queres lo podemos llamar hasta miedo escénico se me plantea al escucharte. Me redescubrís desde un lugar y una obra que ya la actué y no recibió aplausos, fue un fracaso. Y la escena trágica la vivo todos los días, mi corazón es como una bóveda, mi cuerpo guarda la llave como lo hacían antes los viejos carceleros que prometían que el delincuente no saldría nunca de esa celda. Tu excelente actuación me persuade, me tentas. Esta vez no soy yo el director del la película, me manejas como a una marioneta que es obligada actuar obras que su personaje esta predeterminado a realizar. Me considero un muñeco de trapo tan maltratado, mal querido, abandonado solo en un viejo baúl.
Con un lápiz de color le dibujas a este muñeco triste una nueva sonrisa, lo vestís, lo invitas a salir del tenebroso y sucio baúl para actuar una obra mucho más feliz que todas las anteriores. Mi experiencia me hace tomar todos los recaudos posibles a la hora de salir a escena para que hoy seas vos quien me aplauda y me acompañes a reír y a entretejer nuevas historias. Mis miedos te los presento, los miras indiferente, me abrís tus brazos que sin el arnés en tus manos que maneja la marioneta dejas que el muñeco triste actué por si solo. El muñeco con una mueca en el rostro entre felicidad e incertidumbre levanta la cabeza y sabe que puede volver actuar una vez como protagonista de esta obra que vos planteas. Sin monólogos, sin absurdos ejemplos dejas hablar a esta persona que un día casi sin querer cayo en tu vida para hacerte vivir un cuento distinto.
Sigo mirando el reloj inventando un cuento que no tenga final, quiero imaginar y escribir una historia que no tenga el famoso final feliz o el drama de la triste tragedia. Esta vez no pretendo un final, quiero escribir un guion que de vida a estos dos nuevos personajes que me invitan a volver a soñar. Esta vez vamos a escribir juntos, diagramar los sueños que vivirán estos dos personajes que no quieren un final sino vivir una obra exitosa para ellos dos. Los dos quieren reír, se necesitan, yo te necesito le confiesa el personaje, ella lo mira dudosa. Yo te quiero conmigo y no sé como expresarlo, el baúl me hizo olvidar la letra, espero que seas paciente y aprendas a quererme. No quiero más finales. Hoy escribo para dejar este final abierto esperando tu abrazo, tus besos y escucharte para que otra vez mientras miro pasar las horas pueda hacer soñar a este triste muñeco de trapo que esta vez la transición de la obra y el sentimiento más sano y conmovedor del mundo será aplaudido y acompañado por el dulce encanto de tu sonrisa.