Deja que me lo tome con la calma que se merece, déjame disfrutar de cada mensaje, de cada palabra, de cada adiós.
Las distancias complican, la espera se hace eterna. El esperar el no se qué, me sumerge en una tremenda incertidumbre y acrecienta la ansiedad aún más.
Mis ganas de compartirte mi tiempo son grandes, son buenas, mi tiempo por momentos es tuyo. No te puedo sacar de mis pensamientos, tampoco creo que quiera, ni siquiera lo intento, porque hoy ese es tu lugar, te quiero ahí y no quiero que te vayas.
La lentitud de las horas transforma los pensamientos en hermosas fantasías, también pienso en el miedo y en la inseguridad, pienso en vos.
Me gustaría conocerte, pasar hermosas horas en compañía tuya, disfrutar del día, vivir la noche.
Saber los peros que guardas en los titubeos de tu voz, saber que te divierte, que te hace feliz, conocer tus gustos.
Escuchar tu voz, tus miedos, tus planes, tus carcajadas, aquellas historias que nunca le contarías a nadie.
Verte reír, crecer, planificar, enamorar.
Casi siempre es igual, las personas nos confunden, nos preguntan, nos destinan, nos enfrentan y nos entretienen, nos conocen, se admiran o decepcionan y se van.
Hoy no quiero que sea igual, ¿me ayudas a que sea distinto?, hagámoslo bien, sé que se puede, también sé que quiero, ¿querés?
Tal vez es todo muy rápido, tal vez no quieras, pero deja que me lo tome con calma, deja que esto sea lo que tiene que ser, no temas, sostené mi mano entre las tuyas, sonreí conmigo y caminemos juntos.
Te confieso algo… quiero saber, quiero escuchar, quiero ver, quiero que sea distinto, quiero que sea hoy, quiero que sea de a dos, quiero que sea juntos.
