domingo, 19 de septiembre de 2010

No te fuiste y ya te extraño



Me quedo ahí parado mirándote partir, mis ojos se nublan, siento que el corazón comienza a latir mas despacio, siento que se desgarra.
Pego la vuelta para que no veas mi expresión de tristeza imposible de simular.
Tus ojos son el espejo de los míos, brillan y dejan caer un par de gotitas por nuestras mejillas hasta unirse cuando se unen nuestras bocas que no quieren despegarse, que quieren quedarse ahí, en ese instante donde se silencia el mundo, donde se atan los brazos a nuestros cuerpos, si así abrazados como si la despedida fuera eterna.
Nuestras ganas de hablar son porque queremos desahogarnos, queremos llorar y gritar, todo a la misma vez, gritarle al mundo que ya no queremos separarnos nunca, que queremos estar juntos y que nada lo impida.
Mirar el cielo y verte, recorrer la casa y encontrarte en cada sitio, escribir y sentirte acá al lado, secando mis lagrimas, abrazándome sintiendo que ahora es tiempo de vivir, tiempo de estar juntos, nuestro tiempo, nuestro camino, nuestras vidas ahora una sola.
Ay amor, te fuiste y me dejaste una tremenda sensación de vacío, la casa no es la misma, mi música no suena igual, no puedo más amor, no puedo si vos no estas acá.
Es ese cielo que miro, el que llenaría de Te Amos, para que sepas, que cuando digo que Te Amo todo el Cielo, es así, es sentir que no alcanzan las palabras, que no alcanzas las hojas, sentir que no alcanza el tiempo ese que compartimos, ese que nos impulsa a seguir, que nos invita a soñar, que nos hace ser.
El tiempo que comparto con vos desde que te conocí, es ese el tiempo donde aprendí a vivir, a crecer, a pensar, a compartir, ese tiempo donde aprendí a amar, que supe que a partir de ese primer abrazo donde prometí no soltarte más, supe que nuestras mitades encajaban justo, cuando empezas a pensar igual, a hablar parecido, a mirar lo mismo, y sentir que a partir de ese instante tan eterno, somos uno, y que nuestra vida es juntos.
Te amo y no sabes cuanto…