Una ínfima gotita de agua cae por tu mejilla desdibujando cualquier sonrisa, marcando en un tu rostro una pena mayor a la que nunca soportaste antes. Intentas hablarme pero la angustia traba las palabras, en un impulso intento abrazarte y me alejas con tu mirada clavada en mis ojos, ¿tanto mal te hice? ¿Cuanto te dañe que ni siquiera por el amor que sentiste alguna vez me dejas abrazarte?
Tus ojos claros parecen rabiosos de tanto llorar, su cara mezcla de odio y simpatía hacia la persona que tenes en frente dice más que cualquier palabra. Me decís que no entendes, que no fui claro, que dudo. No puedo responderte, el pecho me quema de dolor, los nudos en la garganta se agolpan y no dejan hablar.
Incomodo silencio. Cuando antes solo un abrazo, un beso, una caricia, un simple roce, lo decía todo, te acordas, ¿no? ¿Tan lejos quedo todo eso, tan mal hice las cosas? ¿Tanto mal te hice?
Como hacer para que tanto dolor se esfume y se convierta en un recuerdo o simplemente en amor eterno. Un vaivén de preguntas sin respuestas recorre mi cabeza y lo único que busco por más egoísta que parezca es estar bien, conmigo mismo para poder estar bien con el mundo.
Tus lagrimas no dejan de bosquejar en tus mejillas heridas de amor de no saber como arreglar las cosas ni que decir, todo es muy confuso y nuestros silencios nos sepultan aun en más dolor.
Abrázame veni yo te puedo aliviar, yo quiero curarte, no quiero que lloras más, no quiero mas esa tristeza en tus ojos, yo puedo hacerte feliz, yo quiero.
Te pido que confíes no hay energía mas fuerte que la que siento en este momento para decirte cuan importante sos para mi y para mi vida, te necesito bien, no quiero más dolor, quiero verte sonreír y que llenes de luz tu vida.
Veni, solo una vez mas, abrázame, anímate a conocer lo que siento, abrázame, sonreí, veni, quédate, perdón, yo te voy hacer feliz.
