domingo, 30 de agosto de 2009

Un día sin obstaculos


Considero que los domingos es uno de los días más tranquilos de la semana, por lo menos el que yo más disfruto hasta más o menos las seis de la tarde. El domingo se presta muchas veces para hacer esas cosas que durante la semana uno no puede. Uno a la mañana del domingo la ve distinta, aunque tenga que trabajar, están aquellos afortunados que se toman este particular día como sabático.
Disfruto mucho la posibilidad de ser parte de esos afortunados, en compañía de la familia, de amigos, o disfrutando de ese momento al sol cuando estoy solo.
Es difícil despertarse de mal humor un domingo, aunque muchos llegado el atardecer el domingo los muele. No se bien si es por cercanía del lunes o por haber pasado un día excepcional y tener que esperar seis días más para poder repetir.
Dormir placidamente sin saber de horarios ni respetando a veces la hora de almuerzo uno se predispone de otra manera, mejor, el domingo tiene otro tiempo, otra vitalidad.
Este magnifico día, muchas veces a pesar de algunos obstáculos, se deja disfrutar, en el parque, mirando fútbol, corriendo entre la arboleda, o comiendo algo con unos mates si por ahí la inestabilidad del clima lo obliga.
Pido un favor, aquellos que me conocen, yo vivo mi vida, más allá de todas mis obligaciones y responsabilidades, creyendo que siempre es domingo, hace mucho que pienso la mañana de esa manera, para salir a la calle con una sonrisa, pensando en lo glorioso que es vivir, les pido por favor que no se obstaculicen este hermoso día, que lo vivan con franqueza, sin vueltas ni enojos, intentando no complicar de gusto aquello tan divino, que hasta el máximo creador, también lo uso para descansar.
Un último favor, lee esto hasta el final, no es autoayuda, no te quiero cambiar la vida, ni doy consejos, pero es importante vivir lo mejor posible, sin estupidas complicaciones, frívolas y sin razón, sobretodo un domingo.