De haber vivido en los extremos el hombre crece, aprende, madura. Los extremos lastiman son cosas que uno no espera pero que las vive porque a veces no queda otra.
Es difícil decir que a veces no queda otra. Nuevamente la inercia de vivir arrasa con el disfrutar día a día lo que hacemos.
Nos saca de la cabeza los buenos momentos, no quita el amor, nos llena de malos pensamientos, nos invade el dolor y la bronca, la impotencia te tuerce las piernas para que una vez más le demuestres a todos que nada golpea tan fuerte, nada.
Ojos brillosos y rojos de llanto, abrazos que no llegan y risas que se quedan esperando que la puerta detrás de uno no se cierre. Despedidas lastimosas, besos y abrazos en segundos para sentir a las personas que uno quiere, que por más que estén lejos, sentirlas cerca.
Muchos dicen que la distancia magnifica y si lo creo porque desde acá lejos siento todos los días que el amor por los que quiero se magnifica, se hace enorme e invencible.
Entonces ahora pregunto, viviendo de esta manera encontraremos el camino...
Las lagrimas las secan hoy manitos hermosas, dulces y llenas de amor, manos que llenan los espacios de abrazos, risas y minutos que me brindan todo, todo lo que busco.
Cuando el pecho oprime es cuando mas necesito de vos, cuando mas me protegen tus abrazos, cuando mas me sorprenden tus besos, cuanto mas duele mas te necesito, nunca dejes de estar.
Sin luz necesito tu brillo propio para que me ayudes a iluminar mi vida, necesito de vos, te quiero conmigo.
La luz seca las lagrimas y ayuda a fortalecer el espíritu, sin mas vueltas y así de simple volvamos al ruedo para sentir que la vida no es una vorágine sino que es lo mejor y lo mas lindo caminos que podemos transitar.
