martes, 31 de agosto de 2010

Correr al amor



Luego de colocarme las zapatillas, me incorporo, prendo el ipod y pongo esa música que siempre me acompaña mientras corro, esa que creo que impulsa mis piernas a correr más.
Mientras corro intento despejarme y dejar de pensar, solo correr, sin mirar el paisaje, dedicado solo a cansar el cuerpo y relajarme.
Hoy salí a correr, en mi ipod tengo de fondo tu foto, me miras, me enamoro más, pongo música y empiezo a trotar, nuevamente. Esta vez es distinta a todas, esta vez voy contando, cuento en mi cabeza la cantidad de veces que aparece tu imagen, que te imagino, que nos veo juntos, que recuerdo cosas, y al pensar así, más ganas me dan de seguir el ritmo no de la música, sino de mis sueños.
Sueño mientras me agito, sueño con vos, me imagino toda nuestra vida juntos, todo lo que planeamos, te veo a cada paso que apoyo sobre el suelo y me encanta, me llena de energía, me llenas de vida.
No paro de pensar en vos, me acompañas en todo momento. Siento que corro para alcanzarte, que apuro el paso para verte pronto, que salto de felicidad para alcanzar tus manos.
Hoy cada vez que salgo a correr, me acompaña uno de los paisajes más hermosos que alguna vez vi, tus ojos, no dejo de pensar en vos, no paro de correr, porque se que a cada paso, una nueva imagen tuya o nuestra aparece en mi cabeza, y me encanta que me acompañes así, de esta manera.
Es lindo saber cuanto a uno lo que quieren, es lindo sentir paz, cuando te la brinda una persona que te completa.
Hoy no encuentro las palabras correctas para expresar lo que me pasa, hoy siento que las cosas cambiaron y que me llenas de sueños, de ilusiones, me llenas de vida y también te lo agradezco.
Hoy corrí más que nunca, cien mil imágenes tuyas recorrieron mi cabeza en una hora de trote, me distraes, me das energía, me llenas de ganas, me haces reír y con vos también sé que puedo llorar, con vos puedo todo, no quiero otra cosa más que llegar y verte, poder abrazarte, mirarte a los ojos y otra vez volver a decirte que a cada segundo vuelvo a confirmar que Te Amo toda la inmensidad del Cielo.

martes, 10 de agosto de 2010

Evelio y Roberto



Les quiero contar una historia distinta a todas.
Es sobre dos personas que seguramente se habrán conocido, de paso, pero conocido al fin, antes de convertirse en ángeles y crear esta interminable historia de amor.
Estas dos personas en la tierra eran padres, con un objetivo en común, que sus únicos hijos sean felices.
Ellos por cosas de la vida tuvieron que retirarse antes de tiempo, dejando un tremendo vacío, en las almas y cuerpos dañados de sus seres queridos, esposas, hermanos, madres, hijo, hija.
Me los imagino a los dos cuando se cruzaron allá arriba, donde sus ojos hoy brillan como estrellas, Evelio saludando a todos como de costumbre, sonriente, caminando o en su bici, fiel a su estilo y a Roberto, con su barba, sus ojos claros, con su sonrisa de toda la cara y su camiseta de Racing, esa que se quiso llevar.
Me los imagino allá arriba juntos paseando, hablando de sus interminables trabajos, de sus aventuras frente a la vida llena de anécdotas de dos buenas personas.
Están dos personas planearon algo un día en secreto, sin que nadie, sobretodo sus hijos sospeche ni siquiera un poco de su ayuda.
Roberto eligió la fecha, Evelio la forma, juntos planearon ese encuentro que cambiaria la vida de sus hijos para siempre, que ahora si ellos podrán tener la tranquilidad de haber cumplido su objetivo, de que sus hijos acá abajo sean felices.
Corrían los calidos días de febrero, ellos ya se habían visto, un par de veces, él le había planteado lo que quería, para ella todavía era pronto.
Él se perdió en su ojos, ella se enamoro de voz, el la quiso ver reír, ella lo quería solo para ella. Sus charlas de noche se prolongaban cada vez más, sus ratos concebían el sentido a esas noches, él muy parecido a Evelio caminaba sin parar, sin dejar de saludar a nadie, ella parada siempre en ese lugar donde sus charlas duraban hasta el amanecer.
¿Queres que te cuente el final de una novela? ¿ Que pasara si te robara un beso?...
No dejabas de reír, yo no paraba de enamorarme de tu ojos, de ese abrazo que esa noche salí a buscar y lo único que me lleve de esa noche fue la dulzura y protección de ese abrazo y me fui feliz.
Como se deben de haber de divertido estos dos jóvenes ángeles allá arriba mientras nos miraban, conociendo el final de la historia, Roberto orgulloso de escuchar a su hija decir tantas veces que no, Evelio feliz esperando el si, que sabia que su hijo conseguiría.
Un día más especial que cualquiera y ninguno de los dos sabia por qué, decidieron darse un lugar, solo para ellos, él se acercaba peligrosamente a su boca, ella retrocedía mientras reía. Hermosa noche, ellos solos caminaron hacia el lugar que los cuatro, dos arriba y dos abajo estaban esperando.
Llegamos, nos miramos, te dije cuanto me gustabas, me dijiste que te pasaba algo, que llegue en el momento justo y ahí estamos como protagonistas de esta interminable historia de amor, nuestro primer beso, el enorme abrazo y allá arriba aquellos dos dándose la mano, riendo y recorriendo nuestro mismo camino, cuidándonos y satisfechos de que lograron que acá abajo sus hijos podamos juntos ser felices.

martes, 3 de agosto de 2010

La rutina...

Hay veces solo encontras un solo camino para realizar algunas de las tantas cosas que uno está obligado hacer, la maldita rutina se torna por momentos un grillete tan pesado que nos cansamos de todo, absolutamente de todo.
El todo en estos casos no sé muy bien que engloba, porque todo es todo, es como decir me aburrí de mi vida, y la vida también es una palabra que engloba todo.
Cómo escapar a aquellas palabras que te encierran en esos mismos lugares, tantos días, tantas veces en la semana y te hacen dejar las ganas de vivir tiradas ahí en la cama, donde recargas energía durante la noche para que nuevamente al otro día hacer y perderlas haciendo otra vez lo mismo.
Al caminar por los mismos lugares, uno conoce de memoria los recorridos que nuestros pies caminan ya por inercia, nuestras caras cambian y los gestos se ofuscan para volver a vernos frente al espejo haciendo lo que no queremos.
El tiempo es el único que puede definir de que manera nos vamos a encontrar dentro de un tiempo y nosotros mismos somos los que cansados de hacer lo que no queremos, decidimos dar vuelta el timón y virar la dirección y marcarle al destino lo que salimos a buscar, lo que la vida o sea todo tiene preparado para nosotros.
Las brújulas marcan siempre el norte, ahora, si uno no quiere eso? Si uno quiero caminar en otra dirección? Lo mejor de vivir, de equivocarse, de dejarse llevar, es que sabes que todo en nuestra vida, absolutamente sirve para crecer, para mejorar, para madurar.
Utiliza siempre las cosas que te lastimaron, que te hicieron mal para no cometer los mismos errores, crece, y ahora también utiliza aquellas que te hicieron feliz para poder repetirlas, no van a ser iguales, pero las vas a disfrutar, arriesga, corre, reí, salta, viví, es la mejor manera de sentir que no estamos acá solo de paso, y que tenemos mucho para dejar, para vivir, para ser…
La rutina es enemiga del tiempo porque te hace repetir una y otra vez las mismas cosas, entonces que mejor que repetir una y otra vez esas cosas que te hicieron feliz, aníñate, no frunzas en seño, sonreí, baila, canta, disfruta de lo que te rodea y se ves en el espejo esa imagen desmejorada de vos mismo, y ves que varias veces ves que no queres hacer lo que ese día te tiene preparado, cámbialo, vos podes, deja todo atrás, no tengas miedo, no estás solo, y nunca lo estarás….
El presente es uno solo y que mejor que vivirlo haciendo lo que nos gusta, pensalo, separa las cosas y anímate a ser feliz, disfruta tu tiempo es tuyo y de nadie más…