domingo, 31 de enero de 2010

Un día escribi una canción


Sin poder esperar más me recuesto a tu lado,
la noche detrás nuestro se apaga
ambos mirando las últimas estrellas caer del cielo,
nuestras manos juntas a la espera...
El silencio nos brinda su mejor música,
tu cuerpo mi mejor compañía,
tus labios son el deseo en sí mismos de proximidad,
Los dos tirados aferrados a ese instante,
las horas extensas acompañan nuestro sueño,
sueño que solo al final, solo vos y yo
sabremos si fue realidad,
según como lo imaginaste, según como lo pense,
tus palabras algún día diran,
qué tan cerca de lo real fue ese momento,
hasta cuando tus labios besaran los míos,
a modo de bienvevida, quizas,
a modo de cruel despedida,
no voy a dejar que pase, otra vez,
tanto tiempo sin revivir este instante que inspiro este soneto,
ese beso que desperto esta canción,
Ese efimero y preciso momento,
que vos y yo, estemos juntos...

miércoles, 27 de enero de 2010

Un nuevo robo


Cuando piensa en el tiempo que no comparto con ella, cuando estan tan bien los dos, no entiende el recreo que sus manos se toman por no estar juntas.
Intenta recorrer los minutos que pasaron juntos, intenta ser eso que tanto les cuesta.
Se pregunta tantas cosas, todo el tiempo y piensa,¿ vale la pena?, y ahí otra duda.
Vale la pena, qué frase mas adversa, qué cosa vale la pena, sus palabras, el sentido que les doy, lo que quiere entender, lo que escucha, lo que ve y lo que no quiere mirar.
Observa detenidamente el calendario, falta poco para verse. Piensa serenamente si quiero verla, es extraño, ese lugar que tantos recuerdos le trae, tantos momentos vividos en ese complaciente lugar frente al río.
Como siempre llega primero que ella, ve su reflejo en el agua y observa como muerde sus labios, ansiosamente, a la espera de la mujer de sus sueños.
De lejos la observo caminar, su corazón parece detenerse, sus ojos lloran de emoción al abrazarla, al sentir como sus brazos se entrometen a través de su cuerpo, siente como su cuerpo desfallece en ese instante.
La mujer esa con la que soño tantas veces, desde hace años, tan ideal, tan para él, que nuevamente la siente tan cerca, con un beso en la frente se despide.
Sus manos sueltan su cuerpo, sus ojos dejan de verlo, su lengua se mueve para decir esa última frase, casi que la escupe, sus pies caminan hacia atrás, lo señala y llevándose la maquina que nos hace vivir le dice, sin el combustible de mi amor, ya no necesitas mas esto, tu corazón.
Gira y se retira, mientras cae de rodillas en ese lugar tan lleno de magia quedando ahí varado, otra vez sin que nada.
Sin amor, sin ideal, sin corazón, ahora sí, nada vale la pena.

lunes, 25 de enero de 2010

Ellos, solos en un cuarto



El pequeño hombre había abandonado el cuarto y se dirigía seguramente hacia el cuarto de la derecha, el próximo.
Caminaba pausadamente como dejando un pesar detrás de él lentamente se acerco, ingreso y cerró suavemente la puerta.
Su imagen se agigantaba frente a la persona elegida, con un juego de sombras en la pared su imagen aumentaba de tal forma que creaba una gran sensación de suspenso, casi de terror.
En los pasillos no se escuchaba ni un rumor, los cuartos de espera despedían un fuerte olor a humedad a abandono, las paredes grises, llenas de sombras de personas que alguna vez habían llenado esas vacías sillas.
Con sus extrañas ropas y la última persona de todo el día frente a él, decidió cambiar su rutina. Su rutina ya lo aburría a esas altas horas del día.
Hoy decide que esa última vez sea distinta, él invita a ponerse de pie a ella, le suelta el pelo, suavemente acaricia sus extensos brazos, camina a su alrededor haciendo que su mirada sea un piropo, un mimo.
Ella de pie solo espera. Sus ojos cerrados sintiendo el viento que deja él al caminar tan cerca, tan despiadadamente.
Una vez más, él se encuentra agotado, está cansado de hacer siempre las mismas cosas que las personas no entienden entonces lo mal catalogan.
El no tiene ni un gramo de maldad en su ser, solo lo hace porque es su trabajo, es una orden.
Con una gran lastima, se prepara a realizar su última tarea del día, luego de varios segundos de más, de varios segundos perdidos de su jornada sutilmente ata las sedosas manos de ella, ella sigue en pie sin despedir ni un solo sonido, a la expectativa.
Él sigue con la idea de cambiar su tarea de hacerlo de otra manera, se acerca a ella, la mira, se acerca hasta que sus narices choquen, ella como un leve reflejo tiende a quitar su rostro hacia atrás y en ese preciso momento el zarpa su ultimo y letal movimiento, la besa.
Él sentado en esa habitación donde ya no entra el sol, con ella recostada sobre sus esqueléticas piernas, los dos solos, mirándose mutuamente sus ojos ya vacios, pidiéndose perdón en silencio, pidiendo una nueva oportunidad, en distintas circunstancias, una mejor opción para vivir ese último momento pleno, sin ataduras, sin miedo, para siempre.

jueves, 21 de enero de 2010

¿Cómo hacer reír?




Un gran misterio se escondía detrás de tan hermosa sonrisa, cada vez que ella reía, las personas quedaban petrificadas, perdidas, adictas.
Esa sonrisa devastaba persona que se le ponía enfrente.
Un día como cualquier otro salio a caminar por un lugar desconocido, sabía que algo estaba por pasar, por eso no paraba de reír.
Caminaba sin miedo pero con una extraña sensación de persecución, de vigilancia...
Su asesina sonrisa comenzaba a desdibujarse, sus manos sudorosas se sostenían entre si, esperando el reto más grande de su vida.
Sus ojos buscaban en la estrellas el camino que nuevamente la guíe hacia la dulce y letal victoria, como todas hasta ese día.
Hasta su finísimo pelo estaba tenso, sin miedo, tensa como pocas veces, al bajar la mirada del firmamento, aparece él frente a ella. Con una sonrisa tan esplendorosa como la que ella había sostenido hasta hace una oración.
Fijamente sus ojos se trenzaron en una batalla de poder, de luz, de oscuridad, fijos como dos estatuas. Ninguno había podido reír espontáneamente nunca, solo para aniquilar corazones, para dejarlos enamorados tirados por ahí.
Esas dos sonrisas eran la perfección, juntas podrán dominar el mundo, ese mundo que generan de solo verse, esos ojos que ahora lloran por no poder moverse, por no poder expresar de ninguna manera lo que les sucede.
Ella clava los ojos en el firmamento haciendo sentir envidia a las estrellas por su brillo, él intenta seguir con la mirada puesta en ella sin poder creer semejante hermosura.
En un leve movimiento él se anima a tomarle las manos, y la magia sucede, ella baja la vista, la guardia... mientras las estrellas se pelean por bajar, la luna los ilumina, más blanca que nunca, el viento que los acaricia, mientras que el amor fluye entre ambos personajes de esta historia.
Esta historia que alguna vez escribió alguien más, loco por reír, por hacer reír y que ahora encuentra en esas dos personas, en esos cuatro ojos, una nueva manera de expresar lo que el amor sintió esa noche que al mirarse en un espejo, volvió a quedar solo...

miércoles, 20 de enero de 2010

Urgente amar



Publico aquellas palabras que al mirarte no puedo decir.
Intento describir lo hermoso de tus ojos y no encuentro palabras dentro de mi diccionario de amor desvencijado.
Es casi una necesidad hacerte saber, que conozcas como pasan las cosas, es tan lindo tenerte cerca y tan linda la sensación de extrañarte a lo lejos.
Abrazados casi sin querer, mientras la luna alumbra nuestro momento, tan improvisado, tan completo.
Te bese tanto antes de que partas, quede inconciente frente a vos, frente a nuestra despedida. Sabía bien que no ibas a volver, aunque no lo dijiste, yo lo sabia.
Es lo mejor para los dos, lo que no significa que no duela, te fuiste tan dulcemente besando mi mano, sonriendo, despidiéndote de lo que ambos habíamos creado, en todo ese tiempo que nos prometimos amor.
Escribo porque aun la herida del corazón sigue bañada en sal, ardiente de un intenso dolor, el cual solo calmaría tu mano sobre mi espalda, el beso en mi frente y tu voz pidiéndome que por favor deje de esperarte.
Los dos sabemos que nos vas a volver a compartir ya nada conmigo, nada de todo que lo hicimos, nada...
Hoy vuelvo a levantar la cabeza y encuentro aquellos ojos que alguna vez fueron mi mapa, fueron nuestro podeo, nuestro lugar.
Una capsula mágica calmara el dolor, en una capsula conoceré ese nuevo amor, lleno de vida, de brillo, casi como una necesidad, necesidad de que me abracen, me den paz, me llenen de besos, de planes, de palabras, de vida, de amor...

lunes, 18 de enero de 2010

Momentos


A veces a los seres humanos nos cuesta mucho aprender a administrar nuestro tiempo. Uno siente que nunca es sufiente o que desearia que el tiempo en algun momento determinado se detenga.
Reflexiono a menudo sobre el tiempo, por qué en ese momento no se detuvo, por qué ese beso fue tan efimero, ese abrazo, ese dialogo, esa amistad, ese tiempo.
Buscando dentro de cada uno de todas las personas que me rodeo encuentro con cada uno un momento donde hubiese deseado que el tiempo de detuviera...
Ahora si el tiempo por momentos, tantos momentos que yo daria cualquier cosa porque para que la agua del reloj deje de marcar los segundos tan autoritariamente, se detenga, hubiese pasado tanto tiempo rodeado de gente así?
Gente distinta, en circunstancias diferentes, de similares formas de pensar o totalmente contradictorias, formas de hablar, de querer, de ser, muchas personas todas distintas, de diferentes momentos, de diferentes tiempos...
La locura del tiempo nos hace ver hacia atras y tambien pensar a futuro, sé muy bien que mirando atras aprendemos a corregir errores, tambien se donde y en que momento encontrar a cada uno de todos ustedes, y tengo en claro que a futuro, pueden ser más pueden ser menos, pero muchos seguiran formando parte de este tiempo, denominado vida, que decidimos compartir juntos, de alguna manera, en cualquier circunstacia, en diferentes momentos y donde el tiempo siempre nos jugo una buena pasada, ¿sabes cuando? no ese día que caprichosamente quice que se detuviera, sino ese día en que nuestras vidas se cruzaron y pudimos ver en cada uno de nosotros esa personas que alguna vez esperamos, esa que esta ahí, siempre, escuchando, riendo, viviendo juntos a nosotros ese tiempo hoy tan felíz me hace, tan felíz nos hace.
Que el tiempo no se detenga...

Dedicado a aquellas personas que decidieron compartir algun momento de su vida conmigo.

viernes, 8 de enero de 2010

La foto que no dejo de mirar

Esa foto tan simple, tan espontanea, tan actual.
Esas manitos sucias de plastilina, de tierra, de jugar.
Ese rostro tan brillante, tan celeste, tan real.
Esos ratos a solas tan buscados, tan simples, ratos de jugar.
No creo todavía lo que la vida me da...

Sos esa persona capaz de hacerme cambiar.
Son tus ojos el reflejo del amor incondicional.
Sos lo que tanto espere, el reflejo de mi realidad.

Ambos conocemos nuestros ratos de felicidad.
Los dos hacemos miles de cosas que nos acercan cada vez más.

Escribo, porque no puedo parar de llorar.
Escribo para decirte tantas cosas que algún día entenderas.
Escribo porque lo necesito, hoy más que nunca.

Tus disparates son la risa aquella descontracturada antes de marchar.
Son mis pensamientos y nuestra futurología que las cosas pueden cambiar.
Sos el reflejo mejor creado de lo que siempre quice lograr.

Sos mi hijo, sos mi amor, sos mi vida, mi corazón...
Mi sangre, mi pasado, mi presente, mi vida desde el principio hasta el final.
Mis lagrimas, mi amor, mi felicidad.
Tan lindo, tan travieso, tan sereno, quiero ser tu tranquilidad...

Tan natural, tan simple, tan real.
Te amo con todo mi corazón,
mi hermoso Bruno Tomas...

domingo, 3 de enero de 2010

Idealizar todo



Caminaba de un lado para otro, dejando que nada quede librado al azar. El listado de cosas que tenia en su cabeza estaba terminado, faltaban aquellos detalles pequeñísimos que rozan lo obsesivo.
La cena en el horno, las bebidas en su frío justo, la mesa cerca del balcón donde se puede apreciar la noche, nunca mejor predispuesta, nunca mejor pensada.
Vestido para la ocasión, nervioso por la espera, acomodaba las rosas que había dejado sobre la mesa y leía una y otra vez la tarjeta donde declaraba todo lo que le pasaba…
En el living solo había quedado la mesa redonda con una especial de improvisado mantel negro, y las dos sillas enfrentadas y las velas todavía sin prender.
La hora se acerca, sacaba su transpiración con un pañuelo y se planteaba si la idea del traje había sido correcta. Suena el timbre, el pasillo largo hasta el frente de la casa, los hacia verse allá a los lejos. El camino seguro hacia la puerta de entrada, antes de abrir la mira a los ojos y comienza a realizar un recorrido por todo el cuerpo de ella, hasta llegar a sus pies. Sin poder creer lo que esta por pasar abre la puerta con un gesto de caballerosidad. Ella se acerca, su perfume es único, es ella. Se saludan y sin hablar de los nervios, o de amor, caminan hacia adentro de la casa.
El antes de entrar, le pide que lo espere un segundo detrás de la puerta, él rápido ingresa baja las luces y enciende las velas y la música, todo junto. Mientras suena ese tema tan cursi, que a ella tanto le gusta, el camina hacia la puerta en busca de su mujer.
La invita a ingresar, ella no puede creer la casa, la mesa, el brillo de todo, se detiene un segundo a pensar, escucha su tema, da un medio giro y lo besa, como la primera vez, como la ultima, sus labios se necesitaban, sus manos se abrazan, su pelo se suelta, los cuerpos fundidos crean el clima ideal, la utopia del amor deja de serlo, ellos hacen que se vuelva una realidad, sin importar que pase afuera, aunque la lluvia de acuerdo al momento comienza a caer sobre el patio, se acercan al balcón, algunas gotas mojan sus manos unidas, sus ojos brillan tanto como la luz de las velas que de a poco se van consumiendo.
El tiempo en esa habitación se detuvo, las ropas por el suelo y una música romántica atrás de la otra para inmortalizar el momento donde el odio y el amor, hicieron el amor por primera vez.